Historia de los Modales en la Mesa. Reglas de Buenos Modales en la Mesa. Quién no ha
escuchado desde niño, “No subas los codos a la mesa”, “No hables con la boca
llena”, “Mastica en silencio”, entre otras frases a la hora de comer.
Origen e Historia de los Modales en la Mesa
En la antigüedad era muy común comer con las manos, limpiarse con
cualquier cosa, usar sombreros en la mesa o compartir los mismos platos, copas
y servilletas, pero estas costumbres fueron cambiando con el tiempo.
La historia de los modales en la mesa comienza con el Rey Alfonso X de
Castilla, España, llamado “El Sabio”, que incluyó en sus Partidas ciertas
recomendaciones para que los hijos de la realeza fueran apuestos y limpios.
Entre sus recomendaciones estaban comer moderadamente y no como una bestia,
masticar bien el bocado antes de meterse otro a la boca, usar tres dedos
(pulgar, índice y medio) en vez de toda la mano para coger los alimentos,
limpiarse en lo posible entre cada bocado, no se debe cantar ni hablar con la
boca llena, ni acercarse demasiado a la escudilla puesto que había que
compartirla.
Con el pasar del tiempo se crearon nuevas normas para diferenciar a los
reyes de los nobles, como también a los grandes aristócratas de los menores y a
los religiosos de los laicos. Estos reyes, aristócratas y religiosos empezaron
a utilizar con mayor frecuencia los platos, vasos, cuchillos y servilletas
individualmente con el objetivo de tener más higiene, privacidad, honor y
respeto.
En el Libro de la Orden de Caballería de la Banda de Castilla (1332) se
recomienda a los caballeros no comer manjares sucios y sin manteles, a no ser
que fueran frutas o estuvieran en guerra.
El tenedor apareció hacia el año 1077, pero se hizo popular en Francia
en el siglo XVI, cuando Catalina de Médici lo introduce en la corte francesa al
casarse con el Rey Enrique II.
A partir del reinado de Isabel I de Castilla, llamada la “Católica”, los
hombres y las mujeres comenzaron a comer en la misma mesa, y empezaron a
lavarse las manos en palanganas y luego rezaban una oración.